Diario de una vírgen
("Qui")
La debilidad en la cabeza, se alimenta de sentimientos y también mastica. Pero con la parálisis, le dan de comer en la boca, porque toma al desnuttrido...
... Aunque la soga era la serpiente...
La soga que alcanzo maya y hablaba con la serpiente, mientras los fantasmas jugaban con su cabecita y ella, contaminada, envenenaba. No alcanzaba el picazón pero impresionaba otra piel, se acercaba y quizás no era real; quizás era doble... Quizás era como la textura de un centinela cubriendo al modelo de la serpiente que ahorca como una soga.
Hoy el paro nublo la vista y era la forma de dormirse con el veneno. Las caras de muertos empezaban a aparecerse entre montañas de sábanas o entre montañas de piernas con rodillas que formaban alpes gigantes...
Ardía y refrescaba, en la noche, donde el silencio se hacia presente. El aroma a mentol con eucaliptus, permitía la apertura y el aire entraba como bañado de fragancias y limpio... Ahora el muerto ya no tenía hambre; el ambiente invernal en primavera lo había saciado. Aunque otros lo confundían con las drogas y quizás se convertía en un motivo para la venta y la adicción...
... Ya se había ido el sueño. Se lo había llevado, pero seguía vibrando el latido de la negación,
o,
quizás,
la presión
enfrascaba
un tumulto de necesidades,
de drogas...